Actualmente
se entiende como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) a una
enfermedad caracterizada por la obstrucción
crónica progresiva y poco reversible
del flujo aéreo, producida por una respuesta inflamatoria anómala de los
pulmones ante partículas y gases nocivos, principalmente el humo del tabaco,
y asociada con una repercusión inflamatoria sistémica.
En
España, la prevalencia media de la EPOC es del 9,1%, un 14,3% en varones y un 3,9% en mujeres, con diferencias
importantes según el área geográfica. En el resto del mundo los datos son
similares. Pero la importancia epidemiológica de la EPOC viene dada no sólo por
su prevalencia sino también por su mortalidad y los costes
sanitarios que implica. En el año 2001, según datos de la Organización Mundial
de la Salud (OMS), la EPOC era la quinta causa de muerte en los países desarrollados, lo que suponía
el 3,8% de todas las muertes, y la sexta causa de muerte
en países subdesarrollados con unos valores que oscilaban entre el 4 y el 9% de
todas las muertes.
La
frecuencia de muertes por EPOC aumentará en los próximos años y se espera que en el año 2020 sea la tercera
causa de muerte en el mundo como consecuencia de los efectos acumulados del
tabaquismo en años anteriores. La OMS
estima que los incrementos epidémicos en los próximos años se deberán fundamentalmente al
efecto acumulado del tabaquismo en las
mujeres.
La
disnea es el síntoma principal, al que sigue una evolución progresiva
de la gravedad de la obstrucción. La
espirometría, la radiografía de tórax, el ECG y la gasometría arterial constituyen las
herramientas principales que en algunos casos se complementan con el estudio de
la capacidad de difusión y la TAC. Para el diagnóstico y clasificación de la
gravedad de la EPOC es muy importante la realización de una prueba exploratoria
básica: la Espirometría.
Los
objetivos terapéuticos en la EPOC son reducir los factores de
riesgo, prevenir la progresión, mejorar los síntomas, la tolerancia al
ejercicio y el estado general de la salud, prevenir y tratar las complicaciones
y las exacerbaciones y reducir la mortalidad.
El
abandono del tabaquismo es la medida más coste-eficaz y evita
la progresión de la enfermedad.
La
mayoría de las agudizaciones tienen
una etiología infecciosa. Los antibióticos están indicados cuando aparecen
cambios en las caracteristicas del esputo. Las cefalosporinas y las fluoroquinolonas
pueden cubrir los gérmenes más habituales.
Fuentes:
Enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (I). De Diego Damiá, A.Medicine.2010;
10 :4385-927
Enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (II). León Fábregas, M.Medicine.2010;
10 :4393-9
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