Se entiende por ictus cerebral
la pérdida de funciones cerebrales como consecuencia de una interrupción del
flujo sanguíneo al cerebro. Desde un punto de vista médico hablamos de "la aparición repentina de un déficit
neurológico encefálico, focal no convulsivo, causado por una enfermedad
vascular, ya sea isquémica o hemorrágica, sin que haya mediado traumatismo".

El ictus es una patología aguda y grave
que requiere un diagnóstico precoz y que se beneficia de un tratamiento
específico que debe ser aplicado lo antes posible.
La valoración inicial de un paciente con
sospecha de ictus en Urgencias ha de incluir la realización de una
adecuada historia clínica, una exploración física completa y una detallada
exploración neurológica. Entre las pruebas complementarias más relevantes se encuentra la realización de un TAC urgente, con el objetivo de especificar si se trata de un ictus isquémico o hemorrágico para ayudar al abordaje terapéutico y a una correcta prevención secundaria.

De todos ellos, la hipertensión arterial es el principal factor
de riesgo vascular. Se calcula que el 35% de la población española la padece. El porcentaje se eleva a un 68% en mayores de 60 años. Lamentablemente existe un gran porcentaje de la población que desconoce padecer hipertensión arterial.
El objetivo durante el año 2013 de nuestro hospital es diagnosticar el riesgo vascular oculto en el conjunto de sus pacientes.