Una año más, como viene siendo habitual, durante este mes de julio se han realizado en el Hospital San Agustín las revisiones pediátricas a un grupo de 18 pequeños de origen bielorruso y que viven en las zonas más afectadas por el desastre nuclear de Chernobyl ocurrido el 26 de abril de 1986.
Queda ya lejos la preocupación de los primeros días por parte de las autoridades, debido a la concentración del yodo radiactivo. Hoy en día (2013), la preocupación se centra en la contaminación del suelo con estroncio-90 y cesio-137, que poseen periodos de semidesintegración de unos 30 años. Los niveles más altos de cesio-137 se encuentran en las capas superficiales del suelo, donde son absorbidos por plantas, insectos y hongos, entrando en la cadena alimenticia.
Algunas personas en las áreas contaminadas fueron expuestas a grandes dosis de radiación (de hasta 50 Gy) en la glándula tiroides,
debido a la absorción de yodo-131, que se concentra en ésta. El
yodo radiactivo procedería de leche contaminada producida localmente, y
se habría dado particularmente en niños. Varios estudios demuestran que
la incidencia de cáncer de tiroides en
Bielorrusia, Ucrania y Rusia se ha elevado enormemente. Sin embargo,
algunos científicos piensan que la mayor parte del aumento detectado se
debe al aumento de controles.
Hasta el presente no se ha detectado un aumento significativo de leucemia en la población en general. Algunos científicos temen que la radiactividad afectará a las poblaciones locales durante varias generaciones, la cual se cree que no se extinguirá hasta pasados 300.000 años.
Hasta el presente no se ha detectado un aumento significativo de leucemia en la población en general. Algunos científicos temen que la radiactividad afectará a las poblaciones locales durante varias generaciones, la cual se cree que no se extinguirá hasta pasados 300.000 años.
El
objetivo principal de la acogida a los pequeños bielorrusos no es otro que el de
su recuperación física y sanitaria.
Por ello se les realiza reconocimientos
médicos y se les instaura tratamiento especializado en caso necesario,
además de alejarlos del ambiente contaminado en el que habitualmente
viven durante un buen período de tiempo (las
zonas de donde vienen los menores soportan una contaminación radiactiva de una densidad superior a 15 curies por km2., con la
ingesta de alimentos básicos contaminados, fruto de la radiactividad
sistemática).
El Hospital San Agustín viene realizando desde el año 2006 reconocimientos médicos al grupo de acogida de la Hermandad de Santa Genoveva de Sevilla.
Gracias a esta campaña que se viene realizando desde hace años se ha conseguido el establecimiento de vínculos afectivos, familiares y culturales con las familias de acogida que han superado sobremanera al objetivo sanitario.
El Hospital San Agustín viene realizando desde el año 2006 reconocimientos médicos al grupo de acogida de la Hermandad de Santa Genoveva de Sevilla.
Gracias a esta campaña que se viene realizando desde hace años se ha conseguido el establecimiento de vínculos afectivos, familiares y culturales con las familias de acogida que han superado sobremanera al objetivo sanitario.